Economía

Alerta de inflación: los supermercados alemanes preparan alzas de precios del 50% en algunos productos

supermercados camioneros
Supermercados.

Los consumidores alemanes ya sufren los estragos de la inflación, un fantasma que está resucitando en el imaginario colectivo de esta sociedad, que nunca ha olvidado la hiperinflación que azotó al país durante la República de Weimar, a comienzos de los años 20 del siglo pasado. Los precios en los supermercados están en aumento, según confirmaron fuentes cercanas a la situación. Algunos medios locales en concreto apuntaron a un repunte de los precios en el sector minorista de entre el 20% y el 50%.

Los supermercados Aldi, por ejemplo, subieron los precios el lunes como consecuencia de los costes de proveedores más elevados que tiene que asumir, aunque ya viene haciéndolo en múltiples fases, añaden las mismas fuentes. En las dos últimas semanas, han incrementado los precios en más de 100 productos, entre ellos la mantequilla, la carne y las salchichas. Otros competidores, como los supermercados Edeka, han seguido su ejemplo. «Debido a la situación actual en los mercados mundiales, el aumento de los precios de venta en toda la industria no puede evitarse siempre», dijo un portavoz de la empresa a OKDIARIO.

Por su parte, los supermercados de Rewe están limitando el volumen de compra de algunos productos, como el aceite para cocinar, la pasta o el papel higiénico para evitar las «compras bunker» por las que muchas personas hicieron acopio de productos durante los primeros momentos de la pandemia del coronavirus, agregaron las fuentes.

La HDE, la asociación del sector minorista alemán, advirtió la semana pasada de que los consumidores deberían prepararse a una nueva ronda de subidas de precios de los alimentos debido a que la invasión en Ucrania por parte de Rusia está golpeando más fuerte a las economías y a las cadenas de suministro. «Va a llegar la segunda ola de incrementos en los precios y seguramente serán de doble dígito», indicó Josef Sanktjohanser, el presidente de la HDE, según recogieron medios locales.

Este desorbitado alza de los precios tiene que ver con los costes crecientes de las materias primas, la energía y la logística. El encarecimiento de los piensos y los fertilizantes ha tenido repercusión en la ganadería y, por tanto, en la industria cárnica. De acuerdo con una encuesta realizada recientemente por el Instituto Ifo, casi todas las empresas del sector minorista alemán planean aumentar los precios de sus productos.

Para Alemania, el objetivo macroeconómico primordial es la inflación después del histórico episodio de hiperinflación que vivió el país entre 1921 y 1923, ante la devaluación exponencial del marco alemán tras la Primera Guerra Mundial. La principal causa de esta debacle fue la necesidad que tenía la República de Weimar de hacer frente a las costosas reparaciones de guerra impuestas por los países vencedores en la contienda fijadas en el Tratado de Versalles. En 1923, se llegaron a emitir en Alemania billetes con un valor teórico de cientos de millones de marcos.

La inflación alemana se disparó a un 7,3% interanual en marzo, impulsada por la guerra de Ucrania, que está provocando incrementos en los precios ante el tensionamiento de las cadenas de suministro. Este es un nivel récord desde la reunificación de Alemania en 1990, según la agencia de estadísticas Destatis. No se veía otra cifra tan elevada desde noviembre de 1981, en la antigua Alemania Occidental.

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